domingo, 17 de enero de 2016

Discapacidad desde dentro: el extraño caso del discapacitado fiestero.

¡Hola! ¿Ya habéis ido a misa? Espero que sí, porque hoy os voy a hablar de un tema muy sagrado.
El otro día os  expliqué como a lo largo de mi vida me he encontrado con gente que confunde la discapacidad con la estupidez, y hoy os contaré otra confusión
muy común: cuando se ve a los discapacitados como santos sin vida social.




Resulta que como ya sabréis soy discapacitada, pero también soy jóven, y me gusta hacer cosas típicas de mi edad. Sin embargo muchísima gente se asombra
de ello. No os podéis imaginar cómo alucinan algunas personas cuando me ven en una fiesta, ¡y ya no digamos si estoy con alguna bebida espirituosa en la
mano! Es como si hubiesen visto un gnomo (y no porque sea bajita, que también), sino porque tienen asumido que no nos gusta divertirnos, o que no sabemos,
o que no podemos hacerlo. Pero para vuestro asombro os tengo que confesar que sí, que salimos, aunque lo hacemos poco para lograr el efecto sorpresa ;).
Hay discapacitados que consumen alcohol y otros no, ALGUNOS fuman y otros no, ALGUNOS bailan y otros (YO) QUE NO... algunos hasta se drogan, allá ellos.
La realidad es que ante todo somos personas y nos comportamos como tal.


¡Pero no sólo de fiestas vive el disca! (y aquí viene lo fuerte, no apto para personas sensibles) Resulta que algunos atrevidos insensatos también ¡mantenemos
relaciones sexuales! ¡y hasta antes del matrimonio! incluso llegamos a tener pareja, y no siempre es una persona con diversidad funcional. Se dan extraños
casos en los que atraemos a nuestro lado oscuro a personas sin ninguna discapacidad. ¿Insólito, eh? Pues ya os imaginareis las caras de algunos cuando
nos ven con nuestra pareja no disca. Y es que cuando tu novi@ es un discapacitado y tú no lo eres, o al revés... ahí a la gente se le da vuelta la cabeza
a lo niña del exorcista, que a veces me siento famosa y todo. . Recuerdo una situación en concreto,  en la que mi novio sin discapacidad y yo nos sentamos
a tomar una cerveza en un bar y justo al lado había un grupo de 7 u 8 chavales de entre 15 y 18 años más o menos. Me supo mal por ellos, porque durante
todo el tiempo que estuvimos allí su conversación giró en torno a mi condición, lo raro de que mi novio no fuese ciego también, nuestra rareza y mi cerveza
(¡está tomando cerveeezaaa!” dijeron más asombrados que si hubiesen visto un oso verde en traje de baño) , además de las constantes miradas hacia nosotros.
Para mí fue divertido :D, pero me asombró darme cuenta de que aún los jóvenes tienen esa percepción de nosotros como seres ermitaños condenados al ostracismo
y a la reclusión, y que sólo nos relacionamos entre discapacitados, como si fuésemos una secta o algo así.



Así que si veis a alguien con diversidad funcional en una fiesta, quitad esa cara de quien ha visto una aparición, y pensad en que somos seres humanos
como vosotros, y si tenéis alguna duda acercaos y preguntadnos, que a la mayoría no nos importa resolverlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SI TE HA GUSTADO, ¡COMENTA, Y COMPARTE EN TUS REDES!